ultramarina

Mes: mayo 2009

 casaHibridando poéticas y continentes el fantasma de Lenz recorre el mundo desde hace casi doscientos años, haciendo posible que soñemos la casa que aún no tenemos y que pensando en Larrea bien pudiera empezar en el Perú cobrizo del rostro de Vallejo, puerta que inevitablemente abre la casa del fantasma. Casa nuestra. Casa de Alvaro Siza. El elemento principal de la casa es el tejado y después la chimenea. Dentro somos independientes o casi. Estamos protegidos de la ciudad y del mundo entero. Los que pueden utilizan tranquilamente Internet.

La casa tiene ventanas:  es preciso respirar hasta cuando el aire está contaminado. Es bueno ir a la ventana. Se ve la calle, la vecina sale y cierra la puerta, pasa gente y motos y animales y automóviles, trenes coches y aviones, del aire llega el ruido de un avión, pasa una gaviota. No estamos solos, felizmente no estamos solos, el cartero llama a la puerta, llega el periódico.

El sol entra por la ventana y pinta la pared de enfrente, la lluvia golpea los vidrios, sopla el viento. Sabemos que la calle va por ahí fuera, se ramifica y sale de la ciudad, une el norte, el sur, el este y el oeste a todos los espacios intermedios, teje una manta sin principio ni fin porque se tuerce, incluso al cruzar el mar (con gran dispendio y dificultad). La aventura apetece.

siza05

bola

Cuando te planteas el proyecto de construcción de una pieza destinada a un espacio público puedes pensar (esto siempre debe hacerse al principio, cuando se decide su ubicación) en una plaza, es lo más común, o en una esquina, también muy utilizada, o en un cruce de carreteras o de vías, también en un alto importante, o en un pórtico o en el frente de algún edificio muy significativo, o nada significativo; sobre la cubierta de una iglesia o lonja de envergadura, bajo o encima de un puente, o en un parque, o en el jardín que casi siempre contiene ese parque.

locus-solus

Ante la posibilidad de construir una pieza destinada al parque, o al jardín, nosotros pronto pensamos en la luz, en la forma del objeto y en las formas que el objeto proyectaría sobre su entorno al anochecer. Contra la idea de escultura iluminada gracias al apoyo de un juego de focos (definición perfecta de escultura con muletas), entendida ésta como intruso que llega y se hace con el entorno, lo toma, lo domina como un humor maligno, contra esa idea de inútil superioridad, nosotros nos inclinamos por la construcción de un objeto que se integre al espacio que lo contenga, que se adapte a él aún manteniendo su diferencia y que, una vez llegada la noche, devuelva en forma de luz (pieza que ahora ilumina) toda la energía que acumuló durante el día.

parque2

Por otra parte, este juego que se establece entre el jardín y la pieza en el jardín, entre el día y la noche, entre lo que se acumula y se proyecta, entre lo que se cuenta y lo que se esconde, entre lo que parece evidente y lo que se extraña, nos remite más al Locus Solus que construyó Martial Canterel en la novela homónima de Raymond Roussel que a cualquier otra propuesta jardinera ( recordemos aquí el sol encerrado al que se refería Foucault en un intento de definición de alguna de las tantas caras que presentaba la poliédrica personalidad del propio Roussel)

jardin-22

A fin de cuentas amamos el jardín  (también el parque)  como un extraño puzzle, como un paraje encendido por el enigma, mecánico y salvaje, tan autónomo como necesitado de nuestra presencia, simple y complejo a un tiempo como lo es una idea, una palabra, un libro, un edificio, una ciudad, acaso todas las ciudades.

 Edu López. Extracto de «El Jardín encendido»  Texto de introducción a un Proyecto para Espacio Público  de  Rare Corporation.

Un día de sed en la playa,  mientras los jóvenes nadaban compitiendo por las miradas alborotadas de las muchachas,  Mimesita,  vestida con un bañador de otra época,  me contó un secreto que yo estaría muy orgulloso de contarle a todo el mundo.  Pero le juré guardar silencio hasta la muerte.   ¡Qué tontería!

tacon-05

 Mimesita es caprichosa. Hoy me ha pedido un lucero. Me acuerdo de que mi madre me lo había avisado. Es una niña, me dijo mi madre queriendo quebrar mi voluntad. Y yo le contesté que eso me gustaba incluso más que su talle de sirena

mollino-aviadorPara definir Habitanza (pero mejor que definir, para creer en ello;  para tomar la Habitanza por una palabra propia, un término de los que usamos al hablar de nosotros mismos) quizá nos baste y nos sobre con señalar que casi todas las palabras terminadas en «anza» resultan cómodas, ofrecen bastante confort y relajamiento, como si fuera que uno pudiera echarse en esa pANZA tierna y cálida como de vocablo embarazado, a descansar, a echar la siesta, a dormir la borrachera, a esperar mejores tiempos.  Sobre todo por la ConfiANZA que despierta.  Habitanza, desusado. Acción y efecto de habitar. De manera que todo (lo dicho por ella) queda en ella, está en su interior y es su construcción,  como conviene al hecho de habitar.  Y también por lo de ser un término desusado, infrecuente, que no abunda en la conversación de cualquiera, en la cháchara cotidiana y, por tanto apenas si nos llega gastado por el roce,  por el maluso,  por lo inapropiado,  digámoslo,  que resulta hoy día el habitar en alquiler o bajo la amenaza constante de la hipoteca,  pareciendo que se habita sí, pero en casa de otro y para ese otro, que obtiene nuestros beneficios. Algo así como si la acción de habitar fuera nuestra pero los efectos de nuestra acción se los cobrase alguien distinto a nosotros.

Nos interesa más sin embargo, las SemejANZAS dadas, y ya dichas, entre Habitanza y la casi mayoría de palabras que se cierran en ese anza sin significación propia precisa,  necesitado en cualquier caso,  de compañía, apremiado a conchabarse, a cobrar ConchabANZA, lo cual no señala otra cosa que el acomodamiento conveniente de una persona en alguna parte. AlabANZA secreta,  o a lo menos poco conocida,  del buen habitar,  del habitar con arte.

¿Y la AñorANZA,  la nostalgia que todo lugar provoca en quien se aleja de él, incluso con la decidida voluntad de no volver cargada a lomos, porque el lugar le estaba pesando,  en ese lugar le faltaba el aire, el mismo aire del que ahora,  lejos,  desearía volver a asfixiarse?  La OlvidANZA,  conviene recordarlo aunque solo sirva para avivar la paradoja, jamás se completa. Su mejor actitud es la TardANZA, el demorarse continuo que nos hace recibir con tanto alborozo como felicidad el momento final de la AcordANZA.

zorrozaure02

Una vez metidos en memoria, a vueltas con los recuerdos y caídos en manos de la felicidad,  o de su EsperANZA,  tan inexacta como su propia condición, tan equívoca desde su origen,  cómo olvidamos,   cómo no hacer cuenta de la HolgANZA perdida en los días del Paraíso, de la PitANZA que a cualquiera alimenta y a los pobres les sacia la carpanta, de la transparente y seductora OrgANZA, de la dANZA y de la ChANZA, de las AndANZAs propias y las tan risueñas del Buen Caballero, de la HeredANZA que soñamos heredar un mañana no muy lejano, en LontanANZA, de las divertidas AdivinANZAs y hasta de la EnseñANZAs que no se quieren a sí mismas DoctrinANZA.

También hay decires malos y de ninguna gracia en esta extensa ProbANZA que usamos para acreditar nuestra escogida palabra,  por supuesto. Por ejemplo VengANZA,  incluida aquella que se sienta a la puerta de su casa y espera,  espera como madura la fruta sin saber que le sigue la caida. O MatANZA, cuando no es la del cerdo ni se le pide al cerdo, o a la familia, su opinión al respecto. O RecaudANZA, el anual castigo, AcechaANZA y AsechANZA, FiANZA y MalandANZA. Palabras,  en resumen éstas que no dejan salir de casa y,  muy a su pesar,  volviéndolas más desdichadas todavía de lo que ya lo son,  nos vuelven a hacer más apreciada la HabitANZA, a lo cual era a lo que, en un principio, tratábamos de abrirle camino.

Mariano H. de Ossorno. 2007. Texto para la exposición Residenciales (habitar textos) realizada en Imatra.

loos1

» La forma de un objeto debe ser tolerable el tiempo que dure físicamente»  una teoría  «completa» contra el envejecimiento. La forma, la exterioridad como esencia final de las cosas… una rosa es una rosa, una rosa, una rosa. Gertrude Stein y Mecano. Herederos del método que nos permite esclarecer el modelo, e igualmente impelidos a transgredirlo para su necesaria revitalización. En Adolf Loos es su máxima «Ornamento y Delito» la que puede leerse en clave tan dadaísta como singular es el gesto de apropiación por su parte de las cualidades del mármol verde profusamente veteado empleado en los elementos sustentantes de las columnas de su casa en Michaelerplatz, casa, a partir de la cual se determina y elabora el espacio urbano contemporáneo que ha ido modelando la fisonomía de la ciudad. En este caso Viena.

Archivos

Mes: mayo 2009

La casa es el abrigo

 Hibridando poéticas y continentes el fantasma de Lenz recorre el mundo desde hace casi doscientos años, haciendo posible que soñemos la casa que aún no tenemos y que pensando en Larrea bien pudiera empezar en el Perú cobrizo del rostro de Vallejo, puerta que inevitablemente abre la casa del fantasma. Casa

Leer más »

Residenciales (habitar textos)

Cuando te planteas el proyecto de construcción de una pieza destinada a un espacio público puedes pensar (esto siempre debe hacerse al principio, cuando se decide su ubicación) en una plaza, es lo más común, o en una esquina, también muy utilizada, o en un cruce de carreteras o de

Leer más »

Mimesita

Un día de sed en la playa,  mientras los jóvenes nadaban compitiendo por las miradas alborotadas de las muchachas,  Mimesita,  vestida con un bañador de otra época,  me contó un secreto que yo estaría muy orgulloso de contarle a todo el mundo.  Pero le juré guardar silencio hasta la muerte.  

Leer más »

Habitanzas

Para definir Habitanza (pero mejor que definir, para creer en ello;  para tomar la Habitanza por una palabra propia, un término de los que usamos al hablar de nosotros mismos) quizá nos baste y nos sobre con señalar que casi todas las palabras terminadas en «anza» resultan cómodas, ofrecen bastante confort y

Leer más »

Ornamento y Delito

» La forma de un objeto debe ser tolerable el tiempo que dure físicamente»  una teoría  «completa» contra el envejecimiento. La forma, la exterioridad como esencia final de las cosas… una rosa es una rosa, una rosa, una rosa. Gertrude Stein y Mecano. Herederos del método que nos permite esclarecer

Leer más »