Viejos proyectos que, en tanto búsquedas de un absoluto, terminaron siendo necesariamente búsquedas abandonadas, incluso así el lenguaje es dividido de sí mismo.
Pero como todos los fantasmas, reaparecen de tanto en tanto, exigiendo acontecer, provocando asimismo una cierta nostalgia de totalidad que solo puede ser asumida desde la lógica del fragmento-collage que la modernidad ha liberado.