La idea de que el arte influye en la creación del entorno es una  constante en el pensamiento de Max Bill (Berlín 1.908/1994)

Arquitecto, interiorista, tipógrafo, diseñador industrial, Bill cita a Hegel para explicar que la función del arte es la más alta satisfacción de los más altos intereses del espíritu humano pero, para Bill como para Imatra, el arte no ha de quedar solo ahí, sino que ha de colaborar igualmente en facilitar la existencia material.

Esta teoría  nace en el Verkbund (1948) sobre la necesidad de belleza y la consideración de ésta como función.

Para Bill como para Imatra una función quiere decir una relación o un conjunto de relaciones entre los múltiples componentes, los procesos productivos y el papel que desempeña el objeto en su vinculación a otros espacios u objetos en la idea del entorno.

Cuando aceptemos la función como base de toda creación, aquella llega a ser en cierto sentido su propia finalidad, pero esto no basta todavía. La finalidad debe ser que la vida en su totalidad sea más armoniosa, más bella y más alegre.

El entorno necesitaría ser diseñado, y en esa labor sería imprescindible una educación estética que aborde el problema de la forma en conjunción con las materias técnicas.

Igual que el arte debe implicarse en la vida material, los objetos de uso -cuyo objetivo es mejorar las condiciones de vida de la sociedad, y colaborar en la construcción del entorno- no serían entes puramente materiales, sino, además síntoma del nivel cultural de un país o de una civilización.