ultramarina

Casa, reino cálido de una imperfecta humana proporción, pero a su vez, único territorio capaz de reinstaurar la metáfora cruel de quien sabe que pertenece a una raza devastada por la fragilidad de la inclemencia…. no existe ninguna creación artística que en sí misma no se autorefugie en una nostalgia participativa de la dimensión ilusionista de la casa como arquetipo fundacional de un estado blanco de la conciencia.

De ahí que el artista no sea, en definitiva, sino el lúcido agrimensor de una tierra inexistente, y su acción el costoso fruto que nace de la medición de quien necesita por igual el utopismo de la casa soñada y el vendaval que la destruye.

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