Habitualmente una metáfora pretende procurarnos un acceso a lo desconocido o indeterminado a través del desvío por algo familiar, para acabar constituyendo ese núcleo poderoso que otorga su fuerza a la obra.
De una cierta forma metafórica y como un modo de habitar, ese núcleo que se desplaza progresivamente en coordenadas de espacio y de tiempo para transportar la pintura hacia ciertas órbitas de lo real, con todos los riesgos que ello comporta. Esta «figura» (la metáfora) consiste singularmente en intercambiar los lugares y las funciones.
3 comentarios
Y nos enseña a vivir un poco más cerca de nuestra mismidad
En oposición al «cuerpo sin órganos» de Deleuze, aquí La Lengua Obesa funcionaría como el «órgano sin cuerpo» que registra directamente la pasión de una intensidad (la pintura) que no puede ser totalmente asumida por el sujeto y estalla.
Cierto, estalla si, para reconvertirse en el cuerpo del texto, de esta exposición en que Imatra o Pilar Blanco se supera a sí misma al hacer posible que Ignacio Sáez o la Lengua Obesa ponga el listón bien alto.