ultramarina

El interés de la figura social, representada por el artista, comprende en su interior no sólo el dinero, sino también, y sobre todo, la necesidad de sobrevivir frente a otras clases que surgen históricamente al mismo tiempo que emerge, social e institucionalmente, la industria, el poder político, el poder tecnológico etc.

piedras

La creación deja, pues, de ser formal y organiza los datos según reglas nuevas más racionales. Las formas del lenguaje estético salen de la lógica sectorial y explotan sobre toda la sociedad. El estilo es, precisamente, el máximo control que el artista ejerce sobre su propio trabajo en el intento de hacer depender del mismo incluso a la organización del mercado.

La negación de la colectividad mediante la absoluta subjetividad de la anti-mercancía creaba uno de los módulos clásicos de la economía de mercado en las sociedades capitalistas avanzadas, acoplando como incremento productivo los valores todavía «vivos» de la negación o de la utopía.

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