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Forma y espacio son dos elementos  fundamentales de la arquitectura y del diseño de exposiciones. La forma discernible en todo momento por el ojo humano está, más estrechamente relacionada que el espacio con nuestro sentido de la vista, pues la forma es concreta y conduce por si misma al significado; por contraste con la forma, el espacio no solo se describe por la vista, el oído y los restantes sentidos, sino también por otras sensaciones no tan perceptibles como el equilibrio y la gravedad. Con estas premisas las diferentes colaboraciones entre Droog Design e Imatra sintetizan en parte los intereses estéticos de sus idearios.

La natural tendencia a recurrir a formas constructivas y nuevos materiales dominan el sentido de la muestra en un recorrido que va del objeto imposible al mobiliario cotidiano, en una apariencia entre cerrada y funcional en un intento de rescatar los fragmentos rotos de ideas que integran el torrente de la actividad mental en su imparable viaje hacia el olvido, en intuiciones brillantes articuladas en un juego especular con lo real.

La fuerza de la gravedad impone a la arquitectura diferentes órdenes verticales y horizontales, y demanda geometrías diferentes para sus ejes, es espectador el que pone en movimiento su imagen.

Cuando uno se entrega a la experiencia de la arquitectura, es «uno mismo» quien media entre orden y fenómenos, quien siente que un vínculo de respuesta va ganando terreno lentamente cuando un orden geométrico estático consigue establecer una presencia dinámica en la propia consciencia.

En el interior de nuestra experiencia de un orden arquitectónico abstracto como fenómeno consciente, llegamos a sentirnos realmente inspirados por la arquitectura.

Podríamos decir que esta pared por presentarse en un territorio limítrofe entre el arte,  la arquitectura, y el objeto de diseño, tiene como obra de arte la capacidad de captar la atención de quien la observa, de su espectador. Siguiendo a Merleau Ponty, reconocemos que la percepción es un acto de doble cara:  inmanencia y trascendencia.

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Mientras recuperamos el sentido inmanente de la obra, en la experiencia de estar junto a ella, la misma obra que como principio creativo-formal discute la idea misma de contenido, trasciende la experiencia misma y nos reclama un «más allá» un infinito que no podemos aferrar, de este modo la obra, metafóricamente hablando se convierte en una ventana de infinito, y estimula nuestra capacidad de imaginar.

Si la pared se ha convertido en pared de infinito, ¿cual será el soporte, el fondo sobre el cual acontece la experiencia?. La respuesta no puede ser otra que existencial: El acto de objetivar la acción misma de habitar en términos arquitectónicos es simplemente el lugar donde se habita, una pared de arte es una pared de infinito. La pared es comunmente pensada como límite, siendo límite porque es una cosa propia de la disciplina arquitectónica, es al fin, aquí, muestra de la capacidad representativa del artista.

Sin duda, las sillas nos guían a través de una serie de episodios tecnológicos clave en la evolución del diseño. Tras siglos en los que el tallado, torneado y ensamblado de la madera había definido los parámetros del diseño, la pauta cambió radicalmente en el siglo XIX cuando la familia Thonet transformó la manufactura de muebles con la introducción de procesos decididamente industriales.

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Tras la madera curvada, los diseñadores de muebles trabajaron con otro material de invención reciente, el acero tubular; después, con un enorme rango de plásticos sintéticos y resinas reforzadas, con aluminio fundido y con extrusiones de aluminio, y con rotomoldeo. En ese sentido, la silla es un fiel reflejo de los cambios en la tecnología, la producción y la estética, como Imatra viene mostrando en diferentes muestras expositivas.

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El acero tubular se convirtió en el material emblemático de la era de la mecanización. A principios de la década de 1920 Marcel Breuer, Mart Stam y Mies van der Rhoe, tres de las figuras clave del movimiento moderno, desarrollaron su versión de la silla cantilever. Se habían diseñado otras sillas, técnicamente similares por anónimos arquitectos americanos, pero Marcel, Mart y Mies hicieron algo más: usaron objetos domésticos, posicionándose ante el mundo moderno. Ninguno alcanzó a construir Utopía pero su ejemplo hace que en Imatra  consideremos emblemático ese gesto de Stam, que con poco más de unos metros de tubo para el gas, ofreció una idea de como podía llegar a ser una era mecanizada.

En esos mismos años Thonet hacía muebles muchos más avanzados técnicamente que cualquier cosa que pudiera salir del taller de Gerrit Rietveld. Rietveld liberó al mobiliario doméstico de ser interpretado por sus referencias a la costumbre o a los precedentes, y también lo eximió de esa reflexión sobre el estatus social que condiciona el estatus de tantas sillas.

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Una generación después el estadounidense Charles Eames usó la misma tecnología punta propia de la construcción aeronáutica en la década de 1940 y produjo sillas de madera contrachapada y fibra de vidrio, con perfiles elegantes como pájaros que amueblan muchos de los interiores contemporáneos.

El diseño se ha convertido en la actualidad en el lenguaje que da forma a los objetos cotidianos que son la referencia más recurrente en el transcurrir de nuestras vidas.

En De Stijl, la mítica revista editada por Theo van Doesburg en la primera mitad del siglo XX, el maestro Rietveld que tiene la visión de un nuevo estilo de vida, y de los objetos que lo harían posible, sienta las bases de futuros desarrollos cuando escribe: Nuestras sillas harán realidad los artefactos abstractos en los interiores del futuro. 

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Y es que el de diseño, es un concepto que se inicia con la producción en serie, cuando se rompe la relación entre el artesano y el consumidor, y surge la figura del diseñador estrechamente vinculada con la industrialización.

Para comprender el lenguaje del diseño es necesario comprender la evolución del diseñador como profesional. Hoy en día los diseñadores además de resolver los problemas estructurales y funcionales de los objetos, son los responsables de que el diseño nos «narre» como si fuese una historia, el mensaje que el objeto quiere transmitir.

Las prácticas artísticas están asumiendo responsabilidad por tres vías diferentes: En primer lugar por la vía de la narración. La utilización de la imagen-técnica y la imagen-movimiento y su capacidad para expandirse en un tiempo-interno de relato, multiplica las posibilidades de la generación de narrativas.

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En segundo lugar por la vía de generación de acontecimientos, eventos, por la producción de situaciones. Más allá de la idea de – y por supuesto, mucho más allá de la instalación– el artista actual trabaja en la generación de contextos de encuentro directo, en la producción específica de micro-situaciones de socialización. La tercera vía  es una variante de esta segunda: cuando esa producción de espacios conversaciones , de socialización de experiencia , no se produce en el espacio físico, sino en el virtual, mediante la generación de una mediación.

Redefinición de las prácticas artísticas, S,21 (LSA 47)

Muchas de las muestras y actividades  que suceden en Imatra giran una y otra vez alrededor de observaciones, objetos y proyectos que tienen a la casa como centro. Se propone, así, un modo de estudio indirecto, del conjunto de aspectos que aún guardando con la casa una relación muy estrecha vinculan a los habitantes de la misma  con factores de  muy diversa naturaleza. Es posible que los cambios profundos que demanda la sociedad ahora mismo, dependan de cambios en el modo de habitar.

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Le Corbusier solía referirse a la ciencia de la casa como Domismo, equiparándola a la ciencia que rige las leyes de la ciudad. Cuando hablamos de diseño, hablamos también de otorgar a la casa el derecho de ser planificada en el tiempo para poder llegar a ser construída como ciudad, es así como el nombre de Imatra rinde homenaje a una ciudad útópica que podría llegar a ser real algún día

La recuperación para otros usos, de los abandonados pabellones industriales ante el declive industrial del pasado siglo, supone un reto para la arquitectura más actual. En primer lugar la imperturbable apariencia de caja de hormigón de estos espacios, despierta una sensibilidad que nos acerca al objetivo primario de la arquitectura, que no es otro que establecer un modelo espacial del mundo., y la imperiosa necesidad de construirnos en él  una morada.

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Para ello, la arquitectura precisa de la geometría. La geometría, pues, es la ciencia dedicada a producir un orden, a partir de las relaciones de forma con forma y de forma con espacio. No obstante, la geometría adopta una forma estrictamente ideal: la forma como idea, como representación visible de un concepto, de un espacio material y abstracto, de un escenario

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Imatra en el recuperado pabellón de la Calle Costa 12-14  de BILBAO viene trabajando desde el año 2.000 sobre  estos postulados  que en este momento le interesa intensificar, indica Pilar Blanco, en la necesidad de sustituir una representación de la experiencia, por una representación como experiencia. Transformar el orden espacial en un fenómeno consciente, la arquitectura ha de suscitar la mediación de la gente .(1) Es la gente, el visitante el que activa el mecanismo de la arquitectura para suscitar emociones.

Mundos de vida, aquellos mundos de vida concretos que tienen su expresión en el propio espacio público de la ciudad, entendida ésta como plasmación efectiva y real de la interacción pública, como polis, como lugar de encuentro efectivo de los individuos en tanto que «muchos», que pluralidad.

(1) Gente, en el sentido que aquí nos interesa utilizar, se refiere a ese sujeto colectivo al que pertenece el futuro, para lo cual debe empoderarse, potenciando un espíritu de comunidad ilusionada.

El pensador alemán Jürgen Habermas, continuador de la célebre Escuela de Francfort, pretende en su programa filosófico, la reinstauración de la razón ilustrada en el horizonte de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Pretende construir su programa a la altura de los tiempos actuales, es por eso que sus investigaciones recorren prácticamente todos los momentos de la reflexión y también de la «perdida de la reflexión» que van desde Kant hasta nuestros días. En el pensamiento de este filósofo, la recuperación de la razón ilustrada adopta múltiples formas en su desarrollo y evolución, en las que no viene al caso detenernos ahora. Pero sí conviene resaltar, cómo en cierto modo, esa mirada retrospectiva a fin de llevar a cabo una reconstrucción teórica, según un esquema previo, a partir del cual pueda hacerse avanzar la historia hacia formas cada vez más conscientes, más racionales y más libres, podríamos decir, representa la piedra fundacional de todo proyecto social, civilizatorio.

Imatra directs attention to a converge field between art, design, architecture, and contemporary technology, with a intention of renewing the structures of artistic production.

Podríamos definir el diseño como un característico proceso de creación de formas, en una sucesión de etapas previamente establecidas y diferenciadas. Lo que diferencia al diseño de cualquier otro campo creativo, es precisamente esa cadena procesal en la que prácticamente la autoría queda diluída en el proceso, indica Pilar Blanco, diseñadora y coordinadora y productora del Proyecto Doméstica.

El Proyecto Doméstica, representa la piedra angular del inicio de la actividad de Imatra en Bilbao a mediados de los años ochenta del pasado siglo, promoción, elaboración,  hipótesis formales, proyecto, producción y uso representan el resultado de un complejo proceso, cuyo resultado final viene determinado por todas las específicas circunstacias de dicho proceso.

Al resultado material de ese proceso de diseño, lo llamamos «Artefacto». Una vez que el artefacto ha adquirido su propia vida, se constituye, en un elemento independiente sobre el cual cabe expresar juicios no especialmente relacionados con el proceso que lo han constituido.

Los proyectos de diseño empiezan por definir el concepto del producto como respuesta al planteamiento de las funciones que se le piden.

Las hay culturales, comunicativas y utilitarias. Igualmente dentro del proyecto de diseño existen varias fases diferenciadas. Podríamos decir que la primera es la más teórica y abstracta, porque está destinada a la conceptualización y definición de la forma.

Por otra parte, forma es adquisición de significado. Lo vacío de contenido no tiene forma ni significación.

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El Proyecto Doméstica nace formalmente a mediados de los años ochenta del pasado siglo como planteamiento fundamentalmente utilitario, fruto de la colaboración teórico-práctica entre un pequeño grupo de entonces jóvenes y entusiastas arquitectos entre los que se encuentra Pilar Blanco, con artesanos de la madera y el metal.

Uno de los referentes  es la cocina de Frankfurt (1926) diseñada por la arquitecta austriaca Margaret Schutte y muy especialmente el desarrollo de las investigaciones iniciadas por  Alvar Aalto a mediados de los años cincuenta sobre el tratamiento y curvatura de las maderas multicapa, como el arce y el abedul, que desembocarían en el diseño del mobiliario moderno, y su aplicación en el equipamiento doméstico.

Tanto el concepto de diseño, como los materiales que  integran la Cocina Doméstica, las calidades superficiales y/o las proporciones confirman la presencia de una fuerte innovación, unida a los referentes históricos mencionados.

La creación individual e independiente de la Cocina Doméstica en Imatra, se materializa en 1.999 con la incorporación a la misma de las últimas tecnologías de control numérico y soldadura por láser, para la inauguración del recuperado pabellón industrial de la calle Particular de Costa como futuro espacio expositivo de Imatra.

Contemporaneidad significa para Imatra coincidir activamente con los elementos vivenciales de una época cualquiera, cada situación deviene por acumulación de las situaciones pasadas y por iniciar las situaciones inéditas de todos los futuros.

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La Cocina Doméstica deudora de los postulados bauhasianos, sintetiza un proceso productivo, capaz de integrar componentes diversos en la necesidad de fusionar el arte con la técnica y   demuestra su eficacia moderna para disolverse en la vida.

Imatra Bilbao -Pilar Blanco

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Etiqueta: contexto

Principio y síntesis

Forma y espacio son dos elementos  fundamentales de la arquitectura y del diseño de exposiciones. La forma discernible en todo momento por el ojo humano está, más estrechamente relacionada que el espacio con nuestro sentido de la vista, pues la forma es concreta y conduce por si misma al significado;

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Parete Organizzata

Podríamos decir que esta pared por presentarse en un territorio limítrofe entre el arte,  la arquitectura, y el objeto de diseño, tiene como obra de arte la capacidad de captar la atención de quien la observa, de su espectador. Siguiendo a Merleau Ponty, reconocemos que la percepción es un acto

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Sillas

Sin duda, las sillas nos guían a través de una serie de episodios tecnológicos clave en la evolución del diseño. Tras siglos en los que el tallado, torneado y ensamblado de la madera había definido los parámetros del diseño, la pauta cambió radicalmente en el siglo XIX cuando la familia

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Objetos cotidianos

El diseño se ha convertido en la actualidad en el lenguaje que da forma a los objetos cotidianos que son la referencia más recurrente en el transcurrir de nuestras vidas. En De Stijl, la mítica revista editada por Theo van Doesburg en la primera mitad del siglo XX, el maestro

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Diversidad

Las prácticas artísticas están asumiendo responsabilidad por tres vías diferentes: En primer lugar por la vía de la narración. La utilización de la imagen-técnica y la imagen-movimiento y su capacidad para expandirse en un tiempo-interno de relato, multiplica las posibilidades de la generación de narrativas. En segundo lugar por la

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Agalma

Muchas de las muestras y actividades  que suceden en Imatra giran una y otra vez alrededor de observaciones, objetos y proyectos que tienen a la casa como centro. Se propone, así, un modo de estudio indirecto, del conjunto de aspectos que aún guardando con la casa una relación muy estrecha

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Mudar lugares

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Lugares

El pensador alemán Jürgen Habermas, continuador de la célebre Escuela de Francfort, pretende en su programa filosófico, la reinstauración de la razón ilustrada en el horizonte de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Pretende construir su programa a la altura de los tiempos actuales, es por eso

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Proceso y artefacto

Podríamos definir el diseño como un característico proceso de creación de formas, en una sucesión de etapas previamente establecidas y diferenciadas. Lo que diferencia al diseño de cualquier otro campo creativo, es precisamente esa cadena procesal en la que prácticamente la autoría queda diluída en el proceso, indica Pilar Blanco,

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Proyecto Doméstica

Los proyectos de diseño empiezan por definir el concepto del producto como respuesta al planteamiento de las funciones que se le piden. Las hay culturales, comunicativas y utilitarias. Igualmente dentro del proyecto de diseño existen varias fases diferenciadas. Podríamos decir que la primera es la más teórica y abstracta, porque

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